La Contracrónica del Getafe CF-Real Betis (2021/2022)
Por Pablo Montaño
Primero quiso, después no. En la primera parte lo intentó, y en la segunda naufragó. La resaca (emocional) de la cuadrilla del Ingeniero tras alcanzar la cima del Plan era importante, pero no había excusas. La Copa del Rey no es final del Plan 2.0, sino el principio. Y es que exponer la obra y trabajo de Manuel Pellegrini y sus obreros en la mayor y más importante por todo el continente europeo debe ser lo suficientemente motivacional como para que no exista resaca (emocional) alguna. Es por eso que, mientras que durante los primeros 45 minutos de partido el Real Betis lo intentó, aunque sin demasiada fortuna ni acierto, en la segunda las intenciones y motivaciones brillaron por su ausencia. Todo lo que generó en la primera parte (9 disparos, 4 a portería), se desvaneció en la segunda (0 disparos, 0 a portería).
El Real Betis lo intentó con varios de los héroes del título copero desde el inicio, pero sus actuaciones fueron, en algunos casos, del todo dispares a las que se vieron sobre el césped del Estadio de La Cartuja. Mientras que en el Plan LI fue el Panda quien acaparó todos los focos de la obra con un desempeño casi indescriptible, haciendo las veces de toda una cuadrilla, en Getafe la jornada laboral pasó por encima de Borja Iglesias. Menos mal que, en el caso de Guido Rodríguez, este sí mantuvo la línea del último día de trabajo. La del argentino, visto lo visto en el Benito Villamarín el domingo 24 de abril, es una cuenta atrás. Una carrera a contrarreloj para lamentarse por el poco tiempo que le puede quedar en Heliópolis pero disfrutar de que, partido tras partido, Guido Rodríguez sigue siendo un candidato al MVP.
Las celebraciones son entendibles y, en su mayoría, están más que justificadas. La pena (y casi decepción) es que el Real Betis ha desperdiciado, no uno, sino dos ‘match-ball’ para cambiar el sobresaliente de una temporada histórica por la matrícula de honor. Puedes empatar en el Coliseum Alfonso Pérez contra un Getafe que se está jugando la permanencia, sí. Pero hacerlo cuando estás inmerso en la lucha por los puestos de Champions League y, además, tus rivales directos están «pinchando», es lo que deja a la parroquia verdiblanca con un sabor tan amargo. La cuadrilla verdiblanca tenía tanto las herramientas como los motivos para apresurarse en la obra y cumplir con las tareas encomendadas. Ahora la misión para los últimos días de trabajo del Plan 2.0 es aún más complicada, pero no imposible. Todo dependerá, como siempre, de Manuel Pellegrini y sus obreros.