Simplemente, en eso se resume el fútbol. El Betis, con esa filosofía ha conseguido, después de un título y dos clasificaciones consecutivas a la UEFA Europa League, el mejor arranque de una temporada en toda su historia. Ha ganado 7 de los 8 partidos que ha disputado, y el que ha perdido, ha sido en el Bernabéu, y con opciones de no hacerlo hasta el último minuto.
Ayer, gana, y encima, sin hacer el mejor partido de la temporada. De hecho, me atrevería a decir que fue el peor. El planteamiento del Girona ya se preveía. Poderío absoluto por bandas, sobre todo por la banda izquierda, predominio en el centro del campo con Oriol Romeu como piedra angular y muchísima presión y movilidad en la media punta, con Reinier y Roro, acompañando a Castellanos.
La primera parte tuvo tres partes: 7 minutos de dominio pleno del Betis, 23 minutos de dominio pleno del Girona, y unos 15 minutos del final del primer duelo en el que los verdiblancos fueron tomando un poco de consistencia para acabar mejor antes del pitido del colegiado. Pero la realidad es que el Girona dominó gran parte del primer tiempo. Y lo dominó, además, jugando bien.
Muchísima profundidad de sus dos carrileros, tres centrales con una marca muy fija en Borja Iglesias y reduciendo al máximo los espacios con los jugadores del Betis para estar muy encima, una presión asfixiante iniciada por ‘Tati’ Castellanos que dificultó mucho la salida de balón del Betis, y sobre todo, un centro del campo muy firme, equilibrado, táctico con el balón y sin él, y que trajo de cabeza a Guido y William Carvalho.
Pero es que la segunda parte vio como el Girona hacía un dominio completo sobre el Betis. Los 45 minutos. No hubo un sólo momento de la segunda mitad en la que el conjunto de Michel no fuese superior. Rodrigo Riquelme sin hacer su mejor partido, campó a sus anchas por el espacio entre pivote y centrales. Reinier Jesús tuvo mucha participación con balón.
Pero sobre todo hay que destacar el partido de Miguel Gutiérrez. A Montoya lo mandó al banquillo, y a Aitor lo puso en apuro en varias ocasiones, tanto con llegadas a línea de fondo como con centros peligrosos.
Pero claro, ¿por qué no gano el Girona? Porque le dio un centímetro de margen a una máquina de matar perfectamente engrasada como es el Betis.
¿Qué destacamos del Betis? En cuanto a nombres propios en el día de ayer, poca cosa. Un Rodri muy participativo, cada vez más descarado y con mayor criterio. Un Luiz Felipe que desde su fallo en el gol, se mostró muy sólido, un partido más. Y sobre todo, a Borja Iglesias. Este tío es el mejor delantero español del momento, así lo demuestra su convocatoria con la Selección.
Pero lo realmente destacable es a nivel colectivo. Este equipo gana, y gana, y gana, y no para de ganar. Con problemas, siendo mejor, siendo peor, con bajas, sin inscripciones. Gana. Se encuentra tercero, a 3 puntos del líder, y con el mejor arranque de toda su historia con un grandioso 7/8.
