El abrazo de todos los jugadores béticos al término del partido es el reflejo perfecto de lo que significa una victoria como esta para el Real Betis. Lo necesitaban. Son tres puntos para empezar, pero lo más importantes es ganar en confianza, creer en uno mismo y saber que el trabajo da sus frutos. Capital. Y tuvo que ser Tello. Siempre criticado – sobre todo por quién escribe estas líneas – pero hoy hizo eso que siempre se le pide y que el miedo a equivocarse le impedía hacer: algo tan sencillo como intentarlo. Tello se atrevió. Cazó el balón en la esquina del área, se la colocó y le pegó con toda la rabia del mundo. El balón cogió la suficiente altura y entró rozando el palo imposible para Pacheco. Corría el minuto 94′.
Tello metió el gol, pero la clave fue Lainez. El mexicano entró ya en el descuento dispuesto a aprovechar los tres minutos que le quedaban al partido. En el primer balón que tocó, se fue de su marca y provocó un córner después de muchos minutos de inmovilismo futbolistico en dos equipos dando por bueno el empate. En su segundo balón, otro córner provocado que saca en corto para aprovechar la pasividad de la defensa y provocar la jugada del gol. En un alarde de optimismo que solo Lainez tiene y que contagió al equipo.
Lainez fue la clave, pero el cambio lo leyó Pellegrini. El chileno ha llegado para ésto. Para saber leer los partidos y dar en el clavo con los cambios. Joaquín fue el primer en dejar su sitio después de un partido muy pobre del portuense, todavía fuera de ritmo por esta corta pretemporada, pero que no evitó que dejara algún destello de su calidad. Tello entró al tiempo por William Carvalho, en un cambio que demostraba la intenció de ir al ataque y aprovechar la versatilidad de Canales sobre el campo.
Porque el partido poca lectura tiene, como todos los que forman parte de las primeras jornadas de una Liga. El Betis estuvo a pocos centímetros de adelantarse en el marcador con sendos larguerazos en botas de Guido en la primera parte y Canales en la segunda en el disparo directo de una falta. El Alavés salió peleón, robándole la pelota al Betis y obligándolo a correr en muchas fases del encuentro. Claudio Bravo salvó con una parada espectacular el remate de Battaglia en un córner, sacando la manopla a ras de césped el chileno. El Betis apenas sufrió en defens y eso siempre es una buena noticia.
Primer partido y primeros tres puntos para los de Pellegrini, que volverán al ruedo el próximo fin de semana recibiendo al Valladolid en el Villamarín. Una victoria que, más que por los puntos, es un boom de confianza para los intereses verdiblancos.