El Real Betis de Manuel Pellegrini estrenará a partir de las 18:30h el Benito Villamarín en esta temporada 20/21. Una vez más, la siempre fiel parroquia verdiblanca no podrá acompañar a los suyos mientras la pandemia del Covid19 no remita y sin duda se pierde con ello uno de los principales atractivos de La Liga, así como el jugador número doce de los verdiblancos.
Aun así, la vida sigue y el Real Valladolid vuelve al Villamarín. Los vallisoletanos suman dos temporadas consecutivas llevándose los tres puntos de Heliópolis y se ha convertido en ese equipo que se le atraganta a los verdiblancos. El Betis solo ha ganado en una de las últimas cuatro ocasiones en las que se ha enfrentado al Valladolid y la última victoria en casa fue aquel 4-0 en Segunda División allá por 2015. La victoria en la primera jornada ante el Alavés hace ver las cosas con otro color y pensar en que Pellegrini podrá también romper esta mala racha ante su próxima rival. Sin Loren ni Guardado en la convocatoria, pero sin con los regresos de Sanabria y Juanmi. También se estrena Víctor Ruíz, que ya disfrutar del transfer especial de la FIFA ante la negativa del Besiktas. Aunque no se esperan muchos cambios en el once con respecto al que ganó en Mendizorroza, Tello podría ser titular en detrimento de Joaquín.
Por su parte, Sergio González cuenta con seis bajas importantes de cara al partido. A las lesiones de Kiko Olivas y Rubén Alcaraz se suman las de Marco André, El Hacen, Gassama y Masip. Éste último, por dar positivo en Covid19. El Valladolid empató a uno ante la Real Sociedad en la primera jornada y ha sufrido bajas importantes en el mercado. Jugadores como Salisu, Pedro Porro, Unal y Sandro. Pero han llegado los refuerzos de Orellana, viejo conocido de LaLiga, y el israelí Weissman, que llega tras anotar 30 goles la temporada pasada en la liga austriaca.
A las 18:30 rodará la pelota sobre el verde del Villamarín en la que será una nueva prueba de fuego para el Betis de Pellegrini. Empezar ganando es algo que los verdiblancos llevaban mucho tiempo sin hacer; sumar dos de dos, igual. Otro reto para un equipo que, por desgracia, tiene la presión de enfrentarse al rival y a sí mismo día a día.