El Real Betis logra la victoria en Chisinau en un partido donde jugó de menos a más y donde acabó sufriendo en el descuento más de lo que había merecido.
En este tipo de partidos jugar bien es prácticamente lo de menos. Es cierto que jugando bien estás más cerca de lograr la victoria. Pero salvo en Liga donde la regularidad manda, en competiciones como la Conference League es infinitamente más importante sacar el resultado que te haga pasar de ronda que mostrar una buena imagen. El debe del Betis en Europa esta temporada es que ni resultados ni buena imagen, pero al menos hoy sí logró lo primero.
El Betis saltó al gélido césped de Chisinau con una intención poco inteligente. Como dando la sensación de que querían ventilar el partido por la vía rápida, generando ocasiones y anotando lo antes posible. Pero el once de circunstancias que Pellegrini tuvo que alinear no daba para mucho, y el inicio de partido fue un quiero y no puedo donde los verdiblancos iban por el césped como pollo sin cabeza.
Y eso que el Petrocub demostró desde el primer minuto ser un equipo muy malo. Muy lejos de un nivel importante. Pero, aun así, sabiendo hacer las cosas con más calma y menos presión que los verdiblancos. La primera parte fue de un partido donde se jugó muy lejos de las porterías, y eso que el Betis vio como se le anulaba un gol de Bakambu cuando el africano llega tarde al balón dividido y el VAR adivinó a ver que el portero local ya tenía la pelota entre sus manos. Esa fue la única llegada con peligro de un Betis que necesitaba cambiar muchas cosas para la segunda mitad.
Y Pellegrini no esperó. Al descanso dio entrada a Abde y Altimira y la imagen del equipo cambió radicalmente. Había más intensidad, más presión, más ritmo. Y casi a las primeras de cambio, un error en la salida desde atrás del Petrocub y la buena presión de Bakambu deja solo al delantero que define bien para hacer el 0-1.
El Betis se ponía por delante y, al contrario que en partidos anteriores, no se echó atrás y buscó el segundo que a punto estuvo de llegar en varias ocasiones. La más clara, otra de Bakambu donde su definición la saca el portero local sin saber como. Para colmo el VAR también dejó en nada el penalti pitado sobre Abde, cuya repetición dejó claro el piscinazo del marroquí.
El Betis no dobló la ventaja, lo dejó todo a no cometer un error o que no ocurriera un accidente y a punto estuvo de complicarse la existencia cuando vio como el Petrocub anotaba antes del descuento y en su primer tiro a puerta. Quiso la divina providencia que el jugador local que cazó la pelota en el área estaba en claro fuera de juego y el VAR anuló el tanto del empate. Tuvo otra el Petrocub en el descuento pero la malísima y complicada ejecución la detuvo Adrián San Miguel.
El Betis suma la segunda victoria de la liguilla de la Conference League y suma siete puntos que lo dejan virtualmente en la ronda playoff, a la espera del último partido dentro de una semana ante el HJK Helsinki.
