Bravo (4). Se le vio algo nervioso e incluso pudo hacer algo más en los goles, sobre todo en el primero. Ayudó como siempre en la salida y no se le puede culpar de la derrota, pero la realidad es que no transmitió la tranquilidad de sus dos primeras actuaciones.
Aitor Ruibal (1). Que la nota sea cruel (por aquello de que no es lateral) no quiere decir que sea injusta. Empezó como muchos extremos reconvertidos: midiendo las subidas y arriesgando poco en las entregas. Pero en cuanto fue fiel a su naturaleza, se le vieron las costuras. Tanto el 0-1 como el 0-3 nacieron de balones ganados a su espalda.
Bartra (4). No estuvo bien. En parte, porque casa mejor con Mandi que con Sidnei, pero especialmente porque echó de menos a Emerson en la derecha. Tuvo que achicar agua para corregir los errores de un Aitor Ruibal totalmente desnortado. La jugada del penalti -claro- es un ejemplo.
Sidnei (6). El más serio de toda la línea defensiva. Cometió pocos errores y fue el que menos sufrió ante la presión alta que impuso la Real en la primera mitad.
Álex Moreno (2). A poco que Miranda apriete, le acabará quitando el puesto al lateral catalán. Nuevo partido en el que defensivamente estuvo horrible y, en ataque, cometió un error detrás de otro. Perdió balones en zonas muy comprometidas. En la foto del 0-1.
Guido Rodríguez (7). Bajó algo el pistón en la segunda parte, pero fue lo único salvable de la primera. Acabó acusando la paliza del parón de selecciones, aunque menos que otros compañeros.
Canales (3). El paradigma de eso a lo que nos referíamos en el párrafo anterior. Jugó probablemente sus peores minutos de lo que va de temporada, en un encuentro al que nunca le tomó el pulso. Sustituido al poco de empezar la segunda parte.
Joaquín (4). Dejó algún destello intermitente en la primera parte, pero si en encuentros anteriores no le aguantó el físico, ante la Real fue más una cuestión de acierto. Incapaz de superar a Monreal, no se entendió con Ruibal en ningún momento.
Fekir (5). No atraviesa su mejor momento. Es cierto que, una vez más, recibió más faltas que ningún otro compañero, pero cuando más le necesita el equipo, se le ve algo falto de chispa. Aprobado justito.
Tello (5). Como Fekir, aprueba más por la voluntad y los intentos de generar peligro, que por llegar verdaderamente a conseguirlo. Mandó a las nubes algunas de las ocasiones más claras del equipo.
Borja Iglesias (0). Otro día en la oficina. Ya no se trata de que no le salgan las cosas, es que su paso por el conjunto verdiblanco es una sucesión de esperpentos que invitan a pensar en que realmente no sea un futbolista válido, siquiera, para Primera División. Los 28 millones de euros que costó su traspaso son la única respuesta plausible al porqué de tantas oportunidades desaprovechadas. Tanto Loren como Sanabria le demostraron con vergüenza torera en la segunda mitad que el problema no es el equipo, sino que él o no sabe, o no quiere ponerse de gol. Las dos explicaciones son igual de terribles.
Sanabria (8). Entró en el descanso por Borja Iglesias y, jugando en la misma posición, le cambió por completo la cara al partido. Se ofreció, aportó soluciones, buscó remates y hasta marcó un golazo que el VAR anuló en “virtud” del “fuera de juego” más surrealista que ha visto en 29 años este humilde cronista: trazaron la línea con el antebrazo. Poco después, Estrada Fernández, tras ir a ver al monitor una jugada en la que De Normand le rompió la camiseta, le pitó falta en ataque. Con todo, el paraguayo fue el mejor del Betis.
Loren (7). Como Sanabria, aprovechó sus minutos para luchar, reivindicarse y demostrar a Pellegrini que entre ellos dos y el Panda, a día de hoy al menos, hay un abismo que va mucho más allá de rachas goleadoras. Si esto ya ha quedado claro, parece haber llegado el momento de que el marbellí recupere al final el protagonismo que le corresponde.
Carvalho (6). Tras el tono grisáceo de la primera parte, el Betis necesitaba otro aire en el centro del campo y la entrada del portugués pareció dárselo. Mucho más entonado que Canales, aportó en la elaboración del juego y ayudó, mientras hubo partido, en la contención.
Miranda (6). Debutó en un escenario de partido poco propicio para el lucimiento personal y, sin entonar cánticos celestiales, mejoró notablemente las prestaciones de su competidor por el puesto. Tal vez sea demasiado pronto para juzgarle, pero en su puesta de largo, demostró que tiene nervio. Y para un lateral, eso es más importante que una cuenta activa de Tik Tok.
Láinez (5). Al igual que Miranda, entró con el partido resuelto a favor de los visitantes. Lo intentó e imprimió velocidad al ataque verdiblanco, pero ya era demasiado tarde. Apetece verlo de inicio y en contextos más favorables.
