El Betis de Pellegrini volvió a perder tras un partido polémico y con muchísimos matices tácticos. Pero hay una cosa segura: el devenir de la segunda parte estuvo marcado por las decisiones de Estrada Fernández, quien no tuvo su mejor noche. Partiendo ambos desde el 4-2-3-1 y situando a ambos mediapuntas (Silva y Fekir) a la altura del interior para formar un 4-3-3, fue una primera parte realmente igualada.
Un primer asalto en el que la Real demostró tener un plan mejor trazado y, por ende, mejor llevado a cabo. Imposibilitando la salida desde atrás del Betis con una excelente presión y saliendo desde atrás con Remiro teniendo mucho criterio, utilizando sobre todo el pase portero-lateral zurdo. A esto se le sumó un mal día de Canales, la suplencia de Mandi y la baja de Emerson, que son tres jugadores primordiales en salida de balón. Los verdiblancos intentaron salir en largo con Bravo y Borja Iglesias, plan imposible con el mal partido que llevó a cabo el gallego.
Por pequeños detalles, el conjunto txuri-urdin es ligeramente superior a los de Pellegrini en el primer tiempo. En resumen, sobre todo, por presionar mejor, salir en algunos tramos con cierta claridad y, evidentemente, por ese gol de Cristian Portu tras el excelente centro de Mikel Oyarzabal al borde del descanso.
En la segunda parte, desde mi humilde punto de vista, no hay partido. O no se quiso que lo hubiera. Dos decisiones arbitrales escandalosas sacan al Betis del partido. El encuentro se rompe y llegan jugadas aisladas. En un área caen goles al contragolpe y en la otra las jugadas polémicas. Los verdiblancos, desquiciados, no soportan a nivel emocional las decisiones del colegiado y el partido prácticamente se finaliza en el 65´. Es un escenario que me recordó al Villarreal vs Betis de la temporada pasada y aquel famoso penalti sobre Chukwueze.
En resumen, una Real Sociedad que hizo lo que estaba en su mano para llevarse los tres puntos y un Betis, que aún siendo inferior en el primer tiempo, había logrado salir enchufado tras el descanso para empatarlo.
