Domingo Cisma, exjugador de fútbol y bético confeso, fue el protagonista en la entrevista de esta semana en #P13BLive en el canal de Youtube de Onda Bética. Ahora retirado y lejos de los terrenos de juego ha querido repasar su carrera deportiva, así como su sentimiento verdiblanco, que nunca ha querido esconder aunque le llovieran las bromas entre sus compañeros.
El de Cisma es un caso curioso, pues siendo sevillano y bético, nunca llegó a jugar ni en las categorías inferiores del Betis: «Por el motivo que sea nunca se cruzaron nuestros caminos y siempre he dicho que ha sido una espinita que se me ha quedado. Después de tantos años me hubiera gustado tener una oportunidad. Pero como siempre digo, todo no se puede tener y ni el futbol ni la vida me han tratado mal. Satisfecho por mi carrera, contento, pero no se puede tener todo en la vida».
¿Pero alguna vez estuvo Cisma cerca de vestir la verdiblanca? Ésto nos cuenta: «La voluntad siempre estuvo ahí. Siempre era yo el que insistía a mi representante para que llamara al Betis. Incluso estando yo en Primera y el Betis en Segunda no me hubiera importado por lo que significaba para mí. Que yo sepa directamente, fue en la temporada con Momparlet y recibí una llamada directa suya y me preguntó si me interesaba. Yo, por supuesto, pero al final en ese caso estaban en dudas por una renovación de otro jugador y no entré en los planes finalmente. Esa fue la vez más cercana. Si hubiera otro acercamiento, yo no lo recuerdo. Si hubiera pasado, lo hubiera tenido claro. Casi todos los veranos era yo el que insistía, sobre todo el año del Atleti que jugué partidos y tenía cierto caché para entrar en el Betis, que entrar en el Betis no es fácil».
Por cosas del fútbol, Domingo Cisma tuvo que visitar el Villamarín como rival del equipo de su corazón. Algo que recuerda muy especialmente, pero no era Heliópolis donde más le motivaba jugar: «Jugar en el Villamarín era muy bonito. En la grada siempre me acompañaban amigos y familiares, pero tengo que reconocer que para mi eran más especiales los partidos en el Pizjuán. Me motivaba mucho jugar contra el Sevilla y uno de los partidos que recuerdo más especiales es el de una victoria allí con el Almería. Era bonito venir al Villamarín pero quizás me motivaba más el ir al Sánchez Pizjuán. Siempre había bromas sobre el tema porque yo siempre he sido bético confeso y siempre estaba pendiente de sus partidos y resultados y entre los compañeros siempre había alguna que otra broma».
Preguntado por si alguna vez tuvo algún problema por confesar su beticismo defendiendo la camiseta de otro equipo, Cisma nos cuenta una de esas locuras que solo los béticos pueden hacer: «Nunca he tenido problemas de ese tipo. A toro pasado puedo confesar que alguna locura hemos hecho sin haber sido todo lo profesional por descanso, etc. Pero había partidos importantes e intentaba escapar y venir a Sevilla o a otros sitios. Recuerdo estar en Madrid y escaparme cuando la semifinal de la Copa del Rey en San Mamés, que no había entradas, me llamó un primo con entradas y sobre la marcha me marché. Llegué a la hora al entrenamiento, pero si es verdad que si hoy en día me lo hiciera a mí algún jugador de los que entreno no me haría mucha gracia«.
Repasando su carerra, Cisma recuerda con agrados su paso por el Atlético de Madrid, donde ganó la Supercopa de Europa y la Copa del Rey: «Recién llegado a Madrid vi el partido dela Supercopa, pero ni había entrenado. Estaba más pendiente de la mudanza y del cambio de ciudad. En la Copa jugué más, sobre todo en las primeras eliminatorias. La final fue muy bonita, en el Bernabeu y ante el Real Madrid. No daban un duro por nosotros y fuimos capaces de ganar. Es un grato recuerdo. Eliminamos al Betis en cuartos, pero también luego al Sevilla en semifinales«.
