Claudio Bravo (7). Sacó el balón de su portería en hasta cinco ocasiones y aún así, fue de las mejores noticias de los visitantes. Paró un penalti y sostuvo a su equipo en la primera mitad, pero tras el descanso, sucumbió al huracán ofensivo desatado por Messi. Poco que reprocharle en los goles.
Emerson (3). Mal. Tenía la oportunidad de lucirse ante sus futuros compañeros y no lo hizo. Poco participativo en ataque y desbordado en defensa. Es de justicia comentar que Joaquín, al contrario que en otros partidos, no le ayudó en ningún momento.
Mandi (0). El peor bético en el Camp Nou. Hizo dos penaltis. El primero, tan claro como evitable. Y el segundo, aunque más justificado, le costó la roja directa. Un espectador en los goles culés que llegaron con él en el campo.
Bartra (3). Probablemente su actuación estuviera condicionada por el pobrísimo papel de toda la línea defensiva, pero el catalán tampoco contribuyó a limpiar la imagen. Se le vio desubicado en muchos tramos del partido y preocupantemente blando en la mayor parte del mismo.
Álex Moreno (4). Bien en ataque y mal en defensa. Así de sencillo. Incidió mucho por su banda e incluso asistió a Loren en la jugada del segundo gol de los verdiblancos, pero el extremo francés Ousmane Dembélé hizo lo que quiso con él.
Guido Rodríguez (5). Es difícil valorar su partido sin explicar el despropósito defensivo que perpetró el Betis en el Camp Nou. El argentino no estuvo bien, pero tuvo que achicar tantísima agua que -casi- está exento de calificación. Aprobado raspado.
William Carvalho (5). Algo parecido a lo de Guido Rodríguez. Defensivamente, estuvo incluso peor, si bien es cierto que bailó en la misma zona del campo que Mandi (el peor), Joaquín y Emerson. Algo más acertado en la salida y la circulación de la pelota.
Joaquín (2). Mala actuación del capitán ante el Barcelona. Da la sensación de que en los partidos en los que no entra -metafóricamente hablando- desde el inicio, acaba por perderse entre la inacción más absoluta. El del Camp Nou, fue uno de esos. El primer sustituido de Pellegrini.
Canales (6). En la primera parte, fue posiblemente el mejor futbolista de los 22 que había sobre el césped. Tras el descanso, no obstante, saltó al campo un tal Messi y se apropió de la pelota que el cántabro acaparó hasta entonces. Desaparecido a partir de eso.
Tello (6). El protagonista de la victoria ante el Elche intentó prorrogar su gran momento de forma en el campo que le vio dar sus primeros pasos en Primera División. No terminó de conseguirlo, pero al menos puso más intensidad que la mayoría de sus compañeros. De los más activos mientras las fuerzas le aguantaron y Messi no desequilibró la balanza.
Sanabria (7). Segunda jornada consecutiva viendo puerta. Sigue creciendo en el campo y empieza a parecerse al futbolista en el que todos confiaban en que se convirtiera. Ha adelantado con merecimiento a Borja Iglesias en las preferencias de Manuel Pellegrini. Su gol es de nueve puro.
Víctor Ruiz (1). Entró para arreglar el desaguisado que supuso la expulsión de Mandi y, dado lo que aportó, casi se podía haber quedado en el banquillo. Desacertado y fuera de forma. Decir que Feddal es mucho mejor que él suena tan ventajista como inapelable.
Aitor Ruibal (5). Entró a la par que Víctor Ruiz y aunque el partido se abocaba a una clara -y justa- derrota verdiblanca, el canterano le imprimió ganas y dirigió alguna contra por su banda.
Loren (8). Una vez más, saltó al campo cuando en el marcador se proyectaba una derrota. Sin embargo, en el Camp Nou, el marbellí tiró de vergüenza torera y metió entre los tres palos el primer balón que tocó. No contento con eso, y aun jugando con uno menos, rozó el doblete en un remate que sacó Ter Stegen. No se le puede pedir más en menos minutos. Posiblemente Sanabria sea mejor que él, pero Loren tiene más casta que el paraguayo, ya no digamos que Borja Iglesias.
Rodri (S.C.). Entró en los últimos minutos, estrenándose en Primera División. Tuvo poco tiempo para demostrar qué clase de futbolista él, pero lo cierto es que el ‘Sin calificar’ es más una cortesía hacia un debutante que una nota real, porque en los minutos de los que dispuso, se le vio muy perdido.