La SD Eibar es un equipo que, más allá del esquema que utilice, tiene un modelo de juego definido. Posee una claridad de ideas absoluta. Es un conjunto que ofrece un juego vertical y directo, ofreciendo diversos roles a sus piezas: dos laterales largos, un pivote posicional y físico (Diop) acompañado de un centrocampista más creativo y fino (Expósito). Asimismo, sitúa una línea de tres mediapuntas con dos extremos verticales, un mediapunta para recibir por dentro y una referencia en punta.
Es un equipo que propone un fútbol vertical, directo. Con balón tiende a jugar en largo para buscar la segunda jugada, el ritmo alto, los duelos frente a los centrales… se salta la fase de creación para disputar balones cerca de portería rival. A través de un ritmo alto, intenta hacer llegar el balón a bandas lo antes posible para cargar el área y centrar. Intenta rematar en área rival para finalizar jugada. De lo contrario, ofrece una presión tras pérdida muy intensa y coordinada: defiende hacia delante.
En fase defensiva, sitúa la línea de centrales muy adelantada; a la altura del centro del campo. Intenta presionar tras pérdida. Deja muchos metros a su espalda. En presión a campo contrario, es un equipo que suele llevarla a cabo con acierto. Es intenso y coordinado, ya sea ocupando el campo contrario de forma posicional o presionando de forma asfixiante.
Es un conjunto que de talento y de calidad diferencial no tiene muchos recursos. Pero Mendilibar hace de esto una virtud. Ofrece a sus jugadores un plan de juego coherente, por lo que logra competir a través de la claridad de conceptos en sus futbolistas. Es un plan sencillo, simple, pero muy eficaz si es bien llevado a cabo.