La nueva sensación en el equipo de las trece barras se llama Aitor Ruibal García. Después de firmar un notable inicio de campaña, siendo de lo más ilusionante del plantel de Pellegrini, los dos últimos encuentros han resultado determinantes para terminar de encumbrar al futbolista de 24 años como una de las figuras emergentes de este Betis. Frente a Osasuna, además de cuajar un partido muy serio, asistió de una forma magistral a Borja Iglesias para que anotara el gol que valió los tres puntos.
Ayer en el Villamarín, además de galopar con insistencia la banda, de recibir balones, de hacer paredes, de asociarse y ser solidario en defensa, «El toro Ruibal » consiguió estrenarse como goleador con el primer equipo anotando un auténtico golazo. El de Sallent de Llobregat esperaba apostado en la corona del área a que se ejecutara un saque de esquina, al repeler la defensa del Villareal el córner, la bola bombeadita y caprichosa fue a buscarle a él, que aguardaba con la escopeta de su pierna cargada para mandarla, con una mezcla de potencia y delicadeza, de vuelta hacia el fondo de la portería custodiada por Asenjo. Aitor, con un rostro de alegría infinita, emprendió camino hacia el festejo, antes incluso de que la pelota hubiera traspasado la línea de gol. Con la mano en la frente, al estilo militar, recorrió un pasillo improvisado de compañeros que gritaban y jaleaban de emoción. Es lo que tiene la época del covid, que se escucha todo, hasta los muestras sinceras de cariño de sus correligionarios que sabían lo que había detrás de esa maravillosa volea que establecía el empate en el marcador. Muchas veces, la prueba irrefutable de un triunfo no tiene que ser mostrada por el artífice, sino por la satisfacción de los que estuvieron a su lado. Ellos mejor que nadie saben todo el empeño que hay detrás de la conquista. No hay mayor recompensa que el reconocimiento de los tuyos. Nada en esta vida es casualidad.
Antes de que sucediera todo lo que hemos narrado, Ruibal tuvo que afrontar una carrera de fondo de una exigencia altísima. Una singladura con numerosos altibajos que le han llevado a ser el tipo de jugador que es; uno sacrificado y estricto consigo mismo, que no se permite dar por perdido un balón, que cada vez que embiste lo hace con esa furia del que sabe que el precio de los sueños no es precisamente barato. Con la bravura del animal salvaje que no conoce más miedo que el que él mismo se genera, el extremo verdiblanco se ha ido domando a sí mismo. Aitor, curtido en el futbol regional catalán, ha pasado por el CE Manresa, UE Cornellá, y L´Hospitalet. En el año 2015 el Betis le puso los ojos encima y firmó un contrato de año y medio para formar parte del Betis Deportivo, que en aquella época militaba en Tercera División. Una temporada después, en la 2016-2017, logra ascender con el filial a Segunda División B. Sin embargo, su mejor campaña fue la 17-18 en la que se hizo indiscutible en el once del Betis Deportivo y marcó 8 goles. Estos números le sirvieron para llamar la atención de Setién que le hizo debutar contra el Atlético de Madrid. Aquella temporada, también jugó unos minutos contra el Málaga. Aún así, cuando empezaba a despegar, no pudo evitar el descenso del filial a Tercera. Tras este episodio, comenzó su periplo por diversos clubs. Ruibal recaló en el Cartagena, en el que estuvo dos meses escasos. Posteriormente, fue uno de los refuerzos del Rayo de Majadahonda, que acababa de ascender a segunda división. En julio de 2019 fue cedido al Leganés, donde en la recta final del curso pasado se hizo un indiscutible en el once de Aguirre.
Este verano, Pellegrini decidió apostar por él y parece que por lo pronto, el ingeniero ha acertado plenamente. Casi nada es casualidad, la única que hubo ayer fue la de que como su gran amigo Loren, Ruibal se estrenó contra el Villareal en el Villamarín. Parece que se va a convertir en tradición que los canteranos pierdan su virginidad goleadora contra el submarino amarillo. De todas formas, a nadie le regalan nada, pero ahora si podemos decir que tras este largo viaje «el toro» ha llegado para quedarse. Ruibal, Aitor Ruibal. Así se llama el flamante protagonista de la jornada . Un soldado Ryan que nunca dejó de confiar, y que ayer, salvó al Betis.
