Corcho verdiblanco para los cañones del submarino

Al submarino amarillo no se le mojó la pólvora, sino que Aitor Ruibal les robó el cañón. Él y Manuel Pellegrini, quien planteó un Real Betis menos propositivo y más competitivo. Un plan de juego que, si no fuera por el error que acostumbran los verdiblancos a cometer en casi todos los partidos, quizás les habría servido para vencer a uno de los aspirantes a los puestos de Liga de Campeones de LaLiga Santander. Más allá de las bajas con las que el Villarreal CF llegaba al Benito Villamarín (y las que sufrió durante el encuentro), los pupilos de Unai Emery terminaron sufriendo durante los segundos 45 minutos ante un cuadro bético en clara inercia positiva.

La misma que parecen haber cogido tanto Nabil Fekir como Aitor Ruibal. El francés, de una vez por todas, parece haberse colocado el brazalete de capitán imaginario (ese que tan bien portaba Sergio Canales) para liderar las ofensivas de su equipo. En El Sadar y ante el submarino amarillo, Nabil Fekir sí fue Nabil Fekir. Y, en cuanto al canterano, acumula su segundo partido consecutivo participando en los goles del conjunto de la Palmera. Con la asistencia de Pamplona y el gol(azo) frente al Villarreal, el ’24’ parece haber pasado por la derecha a Cristian Tello, Joaquín Sánchez y todo lateral que se le ponga por delante.

Y eso que el plan diseñado por el técnico chileno comenzó de una forma del todo distinta a la esperada. Aunque sí parecida a la de otros encuentros del Real Betis 2020/2021. Una torre de nombre Pau, de las dos que frenaron en seco a Borja Iglesias durante los 63 minutos que estuvo sobre el césped del Benito Villamarín, recuperó de golpe y porrazo la utopía de la regularidad verdiblanca. Y es que, si a algo ha acostumbrado este equipo al beticismo es a ser incapaz de levantarse a los golpes que sufre. Pero esta vez sí lo hizo. No se vio al mejor conjunto de las trece barras durante el primer tiempo, ni siquiera durante el segundo, cuando se mostró mejor y superior al Villarreal. Pero sí la versión capaz de terminar la jornada 13 con un punto más en el casillero.

El Real Betis, tras llegar a encadenar una racha de cinco derrotas en seis partidos, tiene la capacidad de hacer que sus aficionados se queden del todo insatisfechos por haber empatado a un gol contra el cuarto clasificado de Primera División. Y no es para menos. El primer empate de la temporada para los verdiblancos llegó tras haber frenado a Gerard Moreno, con un Marc Bartra crecido y sin que una de las múltiples pérdidas de balón (y concentración) de William Carvalho terminaran en gol. Eso no pasa todos los días. Lo que por desgracia sí suele pasar todos los días son los fallos en las marcas a balón parado o dejar la portería a cero. Pero, como a los Reyes Magos, no se les puede pedir todo de golpe.

Alguno ya le estará haciendo la lista a quienes vienen de Oriente con la intención de tapar carencias en las bandas (aunque en dos partidos Juan Miranda parece haberse ganado el beneficio de la duda), hacer cambios en la portería y secar la pólvora de los delanteros. Todo dependerá de lo bien –o mal– que se le dé al Real Betis las próximas fechas del calendario. El de la verdad. Mientras que Granada CF, Cádiz CF y UD Levante son las siguientes paradas en el tren bético, el conjunto de la Palmera tiene ya la mente puesta en el ilusionante torneo copero. Porque, ahí sí, los pupilos de Manuel Pellegrini no tienen todavía estadísticas de goles en contra de las que avergonzarse.