No es noticia, pero el Betis ha vuelto a ser maltratado por las decisiones arbitrales cada vez menos arbitrarias, valga la redundancia. El amigo Sánchez Martínez volvió a hacer de las suyas y escribió el perfecto manual de como condicionar un partido. Y todo por un penalti más que dudoso por un levísimo roce de Guido Rodríguez sobre Luis Suárez a los doce minutos de partido. Un penalti que solo el colegiado vio y que el VAR no tuvo la valentía de hacer cambiar de parecer ni de animar al árbitro de echarle una ojeada en la pantalla. Nada. Penalti claro, pensaría. Soldado adelantó a los suyos y el partido se le puso muy cómodo al Granada que, sin tiempo para darse cuenta, ya iba ganando.
Y eso en Los Cármenes es terminar el partido. La actitud del Betis, intachable. Se recompuso como pudo y puso contra las cuerdas a un Granada que solo supo jugar a hacer faltas, a cargarse de tarjetas y a endurecer un partido sencillo y complicarle la vida a Sánchez Martínez, que se fue del partido y comenzó a cambiar el criterio de las faltas y tarjetas por momentos. Completamente superado el colegiado. El Betis tuvo el empate en un certero corner de Fekir que William Carvalho remata alto en área pequeña y libre de marca. Antes del penalti, Sanabria remató un centro de Miranda que se marchó lamiento el palo. El Betis puso mucho más sobre el verde para llevarse los tres puntos, pero la mala suerte y el mal hacer del árbitro condicionaron demasiado el devenir. ¿Y por qué? Se estará preguntando usted. El Betis se vio obligado a arriesgar, a abrir huecos y espacios tras el gol en contra y de eso mismo llegó el segundo. Una pérdida de Sanabria en campo rival, que pudo ser falta perfectamente, acaba en una contra del Granada. Bartra intenta cortar el certero pase de Machís a Luis Suárez, pero se la deja a Soldado que solo tiene que batir a Joel Robles y certificar el doblete. No podía hacer otra cosa el catalán más que dejarla pasar y rezar, pero sobre el césped hay que tomar decisiones muy rápidas.
Pero antes del descanso el Betis mostraría su mejor cara. No se mereció ni mucho menos irse perdiendo tras los primeros 45′ por méritos suyos y lo poco que estaba ofreciendo su rival, que se encontró con dos goles en dos jugadas aisladas. Las únicas del Granada en todo el partido. Fekir fue el mejor de los béticos. Estuvo en todas, provocó toda clase de faltas y era la única baza ofensiva del Betis. Eso sí, el atropello dentro del área por parte de Machís, codo a las costillas y patada en la espinilla no lo vieron ni el árbitro ni el VAR. Increíble.
En la segunda parte, poco destacable más que Pellegrini, obligado a hacer cambios, erró en confiar en su banquillo. Ni Tello ni Juanmi ofrecieron una revolución y el Betis fue de mas a menos en la segunda parte. Solo sendos disparos de Fekir y Tello desde lejos obligaron a Rui Silva a estirarse. El resto, todo muy lejos del área, ni siquiera daba para meter centros a la olla. El Betis fue perdiendo el centro del campo tras sacar a Guido y Ruibal y Rodri y Fekir empezaron a estar demasiado superados. Cosa que aprovechó el Granada para presionar arriba tras momentos de esperar atrás y dar por finalizado el partido.
Sin Guido ni Emerson por sanción, con William lesionado y tras un nuevo robo, el Betis tendrá que mejorar su imagen el próximo miércoles ante el Cádiz sin tiempo para lamentarse.
