No hubo sorpresas. En la Junta General de Accionistas del Real Betis celebrada en el día de ayer en el Benito Villamarín no hubo noticia más allá de algunos cambios en el Consejo y algunas declaraciones de accionistas que parecían buscar más la notoriedad en redes sociales que una verdadera crítica a la actual directiva. De la candidatura «Es posible otro Betis» solo hubo intervenciones de Rafael Salas y Francisco Galera, aunque lograron que un miembro de la alternativa fuera elegido como consejero.
A las cuatro de la tarde todo estaba preparado en el Benito Villamarín. Los consejeros iban accediendo al estadio mientras algunos béticos increpaban a la actual directiva desde fuera y tras las vallas de seguridad. Serra Ferrer llegó casi en volandas por los aficionados que por allí estaban. Una vez dentro, se procedió a explicar como sería el desarrollo de la Junta, marcada por las medidas de distancia social y las prisas por que no pillara el toque de queda a las once de la noche. Por ello, los intervinientes solo tendrían tres minutos para hablar y no habría posibilidad de réplica. Aun sí, el proceso fue bastante lento, se aprobaron las cuentas y se esfumó la posibilidad de la dimisión de Ángel Haro, como él mismo había prometido si no se aprobaban. La diferencia de casi 10.000 puntos entre el sí y el no auguraba una noche perfecta para los actuales.
Tras ese primer punto, el grueso de la tarde. Una ristra de accionistas intervinieron para dar su opinión y versión de las virtudes y defectos del Real Betis. En resumén, a Juan Carlos Ollero le apagaron el micro cuando sobrepasó los tres minutos de intervención, un accionista bromeó con la ausencia de los goles de Borja Iglesias en un video emitido en la pantalla gigante, otro acusó a Haro deno haber sido socio del Betis nunca y éste lo llamó mamporrero de Lopera. Hubo bronca, Haro se disculpó, Catalán denunció que este mismo accionista lo metía en grupos de Whatsapp para que otros béticos lo insultaran. También intervino Antonio Cordón, sin ser accionista y recibiendo algunas críticas por su interesada defensa de la actual directiva. Y así iban pasando las horas y solo llevábamos dos puntos votados de los seis del órden del día.
Los puntos tres y cuatro también se aprobaron por mayoría y entonces llegaríamos al famoso punto 5, sobre la reelección o no de algunos consejeros como Haro, Catalán o Pagola. El presidente intervino para anunciar la salida de Mariví y Ramón Alarcón del Consejo, pero mantendrían sus labores dentro del organigrama del club. La plataforma «Es Posible Otro Betis» intervino para hacer gala de la «ley de proporcionalidad», aquella que permite la entrada de un nuevo consejero al reunir un mínimo de acciones. El elegido fue Pablo Martín Pelegrin, quién fuera miembro en 2017 de la candidatura de Rafael Salas. Ésto provocaba que de los dos consejeros propuestos por la actual directiva solo podría entrar uno, y el elegido fue Ricardo Díaz, en detrimento de Jose Antonio Tirado.
Y aquí se acabaron las sorpresas. Al no poder hacer uso la alternativa de las acciones usadas para la ley de proporcionalidad, las diferencias en las aprobaciones de los consejeros se ampliaron. Unos 28.000 puntos sacó Haro, casi 30.000 Catalán y más de 30.000 José María Pagola. Todo quedaba visto para sentencia y a la espera del punto 6, sobre la autorización para el gravamen, la adquisición o la enajenación de activos esenciales, que también fue aprobado por amplia mayoría.
Superando las diez de la noche se llegaría al final de una Junta General decepcionante para todo lo que había dado de sí en las jornadas previas y desde la presentación oficial de la alternativa de un Lorenzo Serra Ferrer que solo fue a la Junta para dejarse ver. A la espera de noticias sobre futuros movimientos, todo queda en un segundo plano y que sea la pelota la que entre por el bien del Betis.
