Desde luego no se puede decir que el año 2020 sea un año para recordar en el Real Betis. Lejos de convertirse en un equipo consolidado en la parte alta de la clasificación, en continua disputa por competición europea, no hace más que traer resultados tan negativos como sonrojantes para aquellos que abogan sobre el “crecimiento innegable” del club en los últimos años.
El Betis es a día de hoy el equipo que más goles ha encajado en lo que llevamos de temporada, con 30 goles en contra. Una media de casi 2 goles encajados por encuentro que hacen cosechar hasta la fecha 9 derrotas. También es el equipo que más pierde, amén de los resultados de la presente jornada, siendo Osasuna (colista) el único equipo que le pudiese igualar.
Una vergüenza de números que hacen a este club muy difícil, no solo poder competir por el objetivo que se propuso la entidad al principio de la temporada (volver a competiciones europeas), sino que además puede meterle de lleno en una fatídica lucha por no descender.
Analizando el bochornoso espectáculo que nos brindó la expedición verdiblanca en la noche de ayer, en el minuto 1 ya encaja el primer gol en la salida de un córner, en el que Oscar Duarte remata al borde del área pequeña, con Joel Robles como mero espectador, y sin extender los brazos para atajar el cabeceo. ¿Nadie le dice a ese portero de 2 metros de altura, que tiene que salir de debajo de los palos en los saques de esquina? Recordemos que no es la primera vez que le meten un gol así, ya que hace tres jornadas, también encajo un gol similar en los primeros minutos de juego frente al Villarreal.
Tras el empate de Mandi (con la aportación de suspense del VAR), el Betis se desplegó bien en el terreno de juego, queriendo robar en zona de creación e hilvanando jugadas para llegar a la meta de Aitor Fernández, pero de nuevo una enorme desconexión en defensa hace que tras varios rechaces al borde del área, Morales remate a bote pronto un balón que, eso si, entra por la escuadra de la portería. Pero es que dos minutos después, una jugada casi calcada, otra vez un enorme fallo de desconcentración (el delantero del Levante recibe solo en área pequeña), le proporciona a Morales un nuevo rechace que vuelve a alojar en la red tras un perfecto remate de volea bastante escorado.
Segundo partido fuera de casa consecutivo en el que el Betis ya va perdiendo con una desventaja de dos goles con tan solo 30 minutos de juego disputados (otro dato más para las “estadísticas del crecimiento”). Y como era de esperar, en la segunda parte, la primera contra que hace el Levante, cuando el Betis estaba en fase de creación y con las líneas arriba, nuevo gol en contra con solo tres pases al espacio, y de nuevo otro partido ridículo en la faceta defensiva. Además, en la primera que tiene Sanabria (a pase de un buen Andrés Guardado) la remata «al muñeco” con toda la portería para él.
Pellegrini le hace un favor al espectador bético y saca del banquillo a Paul Akoukou (como recambio de Guido, apercibido para el derbi), Lainez, Rodri y Canales, que volvió tras lesión. El Betis empieza a generar juego ofensivo a través de la rapidez y explosividad en pases y llegadas al área del rival, lo cual provocó recortar distancias por dos veces en el marcador y la expulsión de Róber Pier, provocada por Lainez. El joven mejicano está demostrando cada vez que sale, hace más que sus compañeros “teóricos titulares”. En la ultima fase del encuentro, el Levante acabo pidiendo la hora tras el doblete de Canales, pero de nada le sirvió a este Betis que como se suele decir, acabó ahogado en la orilla.
Fin a este pésimo año para el Real Betis, a pesar de lo que la directiva del club quiera vender en su afán de explotar el marketing deportivo de la entidad. En este club, al fin y al cabo, lo que cuenta realmente son los resultados deportivos del primer equipo de futbol, y estos no terminan de llegar tras varios proyectos intentados.
Y prepárense para lo que se viene porque el 2021 parece que empieza fuerte. Visita al Benito Villamarín del eterno rival, el cual nos supera en la clasificación por 7 puntos y con dos partidos aún por jugar. Todos ellos compaginando la competición liguera con la máxima competición europea. Eso, señores Haro y Catalán, sí que es un “crecimiento innegable”.
