El Real Betis no pudo la pasada jornada encadenar la que podría haber supuesto su segunda victoria consecutiva frente al Levante UD de Paco López. La salida de Sergio Canales al verde, la expulsión de uno de los jugadores del equipo granota y un penalti por manos en el área de los valencianos hicieron que el Betis se lo creyera y llegara vivo hasta el término del partido, aunque el empuje final fue insuficiente para darle la vuelta a un choque que al descanso parecía estar más que decidido. Tres goles que no fueron suficientes para llevarse la victoria en un encuentro en el que los de La Palmera volvieron a pecar de blandos atrás y de poco contundentes en la punta de ataque, dos variables que si se juntan hacen casi imposible puntuar de forma asidua en Primera.
Tras viajar a Valencia, el Betis recibe este sábado en el Benito Villamarín al eterno rival, el Sevilla FC. De nuevo el calendario ha querido colocar este partido tan emblemático e importante -más allá de los puntos- para la ciudad de Sevilla a inicios de un nuevo año. El 2021 ha llegado para quedarse y de nuevo inaugurará el año futbolístico un derbi entre Real Betis Balompié y Sevilla FC, aunque ambos combinados no llegan de igual forma. Los sevillistas llegan cuartos en la tabla, con solo 14 partidos disputados (dos menos que el Betis) y 26 puntos.
Los de Lopetegui llevan cuatro partidos sin perder, y es que, aunque el juego de los de Nervión no pasa por su mejor momento, los rojiblancos han sido capaces de cosechar una gran cantidad de puntos que ha vuelto a colocarles en puestos europeos. El eterno rival ha sabido atar estos últimos choques en los minutos finales de dichos partidos, aunque el nivel de juego no ha sido el óptimo. El Betis recibirá a un Sevilla que llega en un gran momento, lleno de confianza, y, sobre todo, con pegada.
Por otro lado, el Betis llega tras encajar cuatro goles y con sensaciones terribles. El nivel defensivo de la zaga verdiblanca roza lo cómico, algo que sigue sin permitir competir al conjunto de Pellegrini, que cuando recibe, es de forma contundente. Tras ganar al Cádiz, las esperanzas de llegar al derbi con un buen nivel de moral y confianza se dejaron ver, aunque el encuentro ante el Levante trajo de nuevo a unos fantasmas del pasado que nunca se fueron.
Los errores se pagan, aunque en un derbi, el pago es doble. Los de Nervión parten como favoritos, pero un derbi es un derbi y nunca se sabe hacia qué lado se decantará la balanza. Los béticos necesitan de un golpe de moral para reconducir la situación. Por otro lado, el beticismo necesita alegrías y motivos para volver a confiar en una plantilla que se quedaría con el crédito a cero si recibe una nueva goleada ante el eterno rival.
Por problemas físicos, Manuel Pellegrini no podrá contar con Dani Martín, Marc Bartra, Álex Moreno, William Carvalho y Cristian Tello, mientras que Joaquín Sánchez, Andrés Guardado y Martín Montoya están aislados, al haber dado positivo por Covid-19. Por otro lado, Julen Lopetegui no podrá contar con Fernando, un hombre muy importante dentro del esquema del entrenador español. Nemanja Gudelj es el recambio natural del brasileño, que bien podría salir de inicio frente al Real Betis. El resto del equipo de gala del conjunto sevillista estará disponible tras la vuelta de Jesús Navas.
El encargado de pitar el derbi será Carlos del Cerro Grande. Este árbitro madrileño no es la primera vez que arbitra este tipo de encuentros, ya que ha pitado un Betis-Sevilla en otras tres ocasiones: dos en Liga y una en Copa del Rey. Los resultados con él no son muy favorables al conjunto verdiblanco, que solo ha conseguido sumar 1 punto, ya que empataron un partido y perdieron los otros dos. Es curioso que todos los derbis sevillanos que ha arbitrado Del Cerro Grande se han jugado en el Estadio Benito Villamarín, tal y como sucederá este sábado.
Sea como fuere, uno de los partidos más importantes de la temporada está a punto de arrancar, y aunque el COVID vuelva a ser protagonista y mantenga el feudo heliopolitano vacío, un derbi es siempre un derbi. Esperemos que este partido quede como el último derbi a puerta cerrada en el Estadio Benito Villamarín.
