Claudio Bravo (6). Si la ironía estuviese permitida en todos los géneros periodísticos, este artículo empezaría con un “Lo mismo que Joel”. Comparaciones con el madrileño aparte, poco se puede decir del partido del arquero chileno. Atento, contundente en el juego aéreo y fundamental en el inicio de las jugadas.
Emerson (5). Cometió algún fallo menor y no se prodigó en exceso en ataque, pero su partido, en líneas generales, no fue malo. Mejoró sus prestaciones con respecto al pasado más reciente. Tampoco era difícil.
Mandi (3). No estaba haciendo un mal partido, pero parece que el Betis debe cumplir religiosamente con un contrato que contempla -al menos- un error defensivo en cada partido. Hoy le tocó al argelino. Un despeje de ‘infantiles’ acabó en la única ocasión clara de los sevillistas. Y la metieron.
Víctor Ruiz (6). No es que sea decir mucho, pero jugó, en el día más indicado, su mejor partido con la camiseta del Betis. Empezó con cierto nerviosismo, pero pese a verse lastrado por una tarjeta bastante temprana, fue creciendo con el paso de los minutos.
Miranda (6). Fue, junto a Víctor Ruiz, el más correcto de toda la línea defensiva. Quizá pudo encimar algo más a Suso en la jugada del gol, pero tampoco debería ser imputado por el error de un compañero. Titularísimo por delante de Álex Moreno.
Guido Rodríguez (8). Fue posiblemente el mejor de los verdiblancos en el global de los 90 minutos. Es el primero en coger la espada cuándo el equipo va a la guerra y, además, hace cada día más cosas bien. Probablemente, el bético más regular en lo que llevamos de Liga.
Canales (8). Mientras las fuerzas le aguantaron (que por cierto, fueron más minutos que los 45 que según Pellegrini tenía previsto jugar), dominó el partido a su antojo. Ocupó el doble pivote ante la ausencia de Guardado y desde ahí dirigió toda la creación desde la salida. Lo malo, es que el equipo le echó de menos unos metros más arriba. Autor del 1-1.
Láinez (7). La ubicación de Canales en el centro del campo le convirtió en la mejor opción bética en ataque. Activo desde el inicio, aportó desborde y verticalidad desde su banda. Las dos ocasiones más claras de la primera parte nacieron de sus botas. Algo menos participativo en la segunda mitad. Debe jugar más.
Fekir (6). Sale injustamente en la foto del partido por marrar un penalti que -y esto no se dice en la crítica- le hicieron a él. Tan cierto es que no está al nivel de la temporada pasada como que hoy lo dejó todo en el campo o que jugó los 90 minutos con Gudelj pegado a su espalda.
Aitor Ruibal (5). Pone más ganas que nadie, pero es uno de los jugadores más limitados de la plantilla a nivel técnico. Cuando el equipo no compite, le salva su actitud. Pero en días en los que el rendimiento de los demás es el mínimo exigido, como hoy, se le ven las costuras.
Loren (7). Segunda titularidad del marbellí en lo que va temporada. No marcó, es cierto, pero es verdaderamente difícil aprovechar mejor los minutos. Trabajó como el que más y generó muchísimo desde la lucha y la entrega. El penalti que dio pie al empate, por ejemplo. Méritos para convertirse -por fin- en la primera opción de Pellegrini para la posición de delantero centro. Otro soldado con el que contar para cualquier guerra.
Paul (5). Entró a diez del final en el lugar de un Canales que ya iba corto de oxígeno y ácido láctico. Alguna recuperación de mérito y pases sencillos en su carta de servicios.
Borja Iglesias (0). En condiciones normales no habría tenido tiempo de desentonar, pero no lo eran. Con él en el campo, el Betis dispuso de un centro lateral que ni peleó (Láinez, que mide un metro y una Coca Cola, lo acabó rematando) y un contraataque en el que lo hizo mal todo: el control, la carrera y el pase. Es imposible jugar peor. Otra vez, uno menos. Un error de 28 millones de euros.
Rodri (S.C.). Entró en el 89’ y dejó algún gesto técnico interesante. Presencia testimonial. Poco a poco.
