El Real Betis estará en los cuartos de final de la Copa del Rey después de eliminar a la Real Sociedad remontando un 0-1 y forzando la prórroga. Dos goles de Borja Iglesias dejaron la victoria en un Heliópolis sumido en la niebla.
Esta puede que sea la crónica más difícil de escribir, más que nada por la imposibilidad de ver algo al menos desde la televisión. La niebla empezó a caer sobre Sevilla en la segunda parte y ser capaces de ver algo con nitidez era misión imposible. La realidad es que a Imanol Alguacil se le debió nublar también la mente, pues cuando más controlado tenía el partido comenzó a sacar a sus jugadores ofensivos del campo, tanto que la Real jugó hasta la prórroga sin delanteros. El Betis, que no hizo un mal partido, no era capaz de hincarle el diente a una Real Sociedad venida arriba con el gol en la primera parte. Demasiados espacios dejó Montoya en su banda y Oyarzabal recibe solo para definir ante un Joel que salió bastante mal y no tapó la portería. Al Betis no le sentó mal el gol, al revés, siguió mandando y teniendo la posesión, pero el partido estaba muy de cara para un Real menos ofensiva que el pasado sábado, pero muy afanada en defensa ante un Betis demasiado lento y espeso.
Las rotaciones de Pellegrini apenas se notaron. Alex Moreno estuvo contundente defensa y apoyando mucho en ataque, así como Paul. Quizás los que menos ofrecieron fueron precisamente los que venían jugando tanto, como Fekir, mostrando de nuevo esa imagen lenta y fuera del sitio. El Betis se fue al descanso pensando que había partido por delante pese a lo difícil que se estaba poniendo todo. Tras la reanudación, apareció la niebla. Y comenzó el show de Alguacil. El vasco comenzó a sacar del campo a los Oyarzabal, Portu, Isak y compañía. Tanto que la Real durante muchos minutos ni tuvo la pelota, ni presionó, ni atacó. Solo defendía. Encima se quedó con uno menos por la segunda amarilla a Illarramend. El Betis lo tenía todo de cara para meterse en la eliminatoria. Incluso la absurda expulsión de Sanabria no cambió los planes y en el diez contra diez el Betis seguía siendo mejor.
Y llegó el gol de Canales. Disparo desde la frontal que nadie vio. Ni Remiro, ni en el banquillo, ni en el césped y mucho menos desde casa. Trallazo con la zurda que entra raso y fuerte imposible para el meta visitante. Uno a uno y todo por decidirse. Pellegrini estuvo soberbio con los cambios, dando entrada a Joaquín, Rodri y Borja Iglesias. Y la verdad es que, pese a empatar el partido el Betis, quién forzó la prórroga fue la Real, que a pocos centímetros estuvo a punto de ahorrarse el alargue e irse antes para el aeropuerto. Pero esta vez Joaquín no acertó y falló una más fácil que la de hace tres días.
En la prórroga, Imanol entendió que no podía esperar media hora para los penaltis y dio entrada a un Carlos Fernández que incordió más por su presencia que otra cosa. El partido se igualó y no se jugó tanto en campo de la Real, pero en una jugada rápida, Rodri encuentra a Borja Iglesias a la espalda de la defensa, control orientado y definición de killer. Orfebrería pura y delirio en los verdiblancos. Aunque demasiado tiempo por delante. Entre la niebla, que la Real se vino arriba y lo peligroso que es Mateu, el partido fue un sinvivir absoluto. Ni con el 3-1 parecía calmarse la cosa. Falta sobre Joaquín, el más inteligente de los 20 sobre el campo, que fuerza cuando no llegaba a nada. La pone con un guante y Borja remata como un nuevo rancio y puro. Doblete del Panda para meter al Betis en cuartos de final. Solo el gol anulado a Januzaj pudo haberle metido miedo a un Betis que estuvo impecable. Remontada (otra más), enorme trabajo defensivo, y tres goles a una Real que venía con el cartel de favorito.
