El RC Celta ha sido el mejor equipo de LaLiga en este último mes con cinco victorias consecutivas. Su discurrir durante la temporada ha sido muy evidente: desde la llegada de Coudet el equipo ha dado un giro de 180 grados. Comenzó sumando muchos puntos, jugando muy bien, compitiendo a las mil maravillas… paulatinamente fue dejándose puntos y dejando la impresión de que el «efecto entrenador» había finalizado. Lejos de la realidad, el técnico ha logrado recuperar sensaciones y volver a tener un ritmo de puntuación espectacular.
En fase ofensiva se encuentra en un tramo muy positivo. Ha logrado conectar a sus mejores talentos, potenciar el ataque posicional y está en un estado de forma muy bueno. Desde el ataque posicional, logra juntar muchos futbolistas por dentro, romper por fuera, circulaciones dinámicas y eficaces… es un conjunto muy complicado de defender. Sin la pelota ha conseguido competir a pesar de las carencias que tiene atrás. Defiende muy lejos de su portería y busca posesiones largas con el fin de no estar cerca de área propia.
En el partido de ida, el Betis compitió a las mil maravillas cuajando una segunda parte muy buena a pesar de no tener la pelota; fue eficaz en la presión, en área propia y en cada duelo. Además, en la primera mitad tuvo tramos muy positivos con la pelota: dinámico y veloz en la circulación. Los de Pellegrini tienen la oportunidad de certificar el pase a la Europa League en Vigo y el apartado emocional también cobrará una importancia vital.