Bravo (7). No tuvo excesivo trabajo, pero sostuvo al equipo cuándo más apretó el Huesca. Más por autoridad dentro del área que por paradas en sí, que también hizo alguna. Su concentración deja en pañales a Joel, ya no digamos sus reflejos o el juego de pies.
Emerson (6). De menos a más. Aunque empezó algo dubitativo, terminó mostrándose muy serio en defensa. Por ataque no apareció tanto, pero un centro suyo acabó en el gol que abrió el marcador.
Mandi (7). Hizo, como el día del Levante y del Real Madrid, el primer gol de los verdiblancos. La diferencia es que esta vez sirvió para sumar los tres puntos. Sólo Tello y Canales ha marcado más tantos que él. Bien en defensa.
Víctor Ruiz (7). El mejor de toda la línea defensiva y casi del equipo. En El Alcoraz jugó su mejor partido con la verdiblanca, camiseta con la que ya encadena las actuaciones suficientes como para dudar de si su rendimiento real es este o el de sus primeras participaciones.
Miranda (5). Sin hacer un mal partido, no se le vio con la frescura de otras veces. Tampoco cometió errores en defensa, pero a la hora de subir al ataque, no estuvo acertado en la finalización.
Paul (4). Posicionalmente, cumplió. E incluso estuvo de notable en el trabajo de recuperación. Sin embargo, con el balón en los pies, de momento, está a años luz de los Guido, Guardado y compañía. Pasado de revoluciones en la segunda mitad, acabó viendo una doble amarilla con la que ya llevaba varios minutos fantaseando.
Canales (7). El mejor de largo de la primera parte. Mientras las piernas le aguantaron, fue el único capaz de bailar con un balón que se movió a la misma velocidad que un campeón olímpico de patinaje artístico. Es una pena -casi una tragedia- que la falta de efectivos en el doble pivote le obligue a jugar tan retrasado. Acabó exhausto.
Láinez (5). Se encontró en varias ocasiones con campo para correr y no supo aprovechar esa circunstancia. Tal vez porque acusó más que nadie la dureza del terreno de juego. Sin un césped de Champions, sus cambios de ritmo lucen menos.
Fekir (6). Es digno de loa que, aun siendo consciente de estar tan lejos de su nivel de la temporada pasada, el francés no deje nunca de intentarlo. 90 minutos aguantó sobre el césped. Y aunque se equivocó en multitud de ocasiones, se acabó inventando un pase de genio para el gol de Sanabria. El equipo le necesita y él quiere devolver la confianza. Se le ve.
Aitor Ruibal (5). Incisivo -más ganas que por talento- en la primera parte y totalmente inoperante en la segunda. Con el catalán, hay dos posturas: la de aquellos que defienden su actitud (con C) por encima de su aptitud (con P); y la de los que creemos que si Tello o Láinez se mostrasen más regulares, no tendría el más mínimo hueco en el once.
Loren (3). Si a Fekir no le salieron las cosas, lo del marbellí escapa a todo análisis. Peleó como el que más, pero no encontró el premio del gol. Primero, por controlar en dos toques un balón que pedía a gritos un remate. Y después, por meter el exterior en un centro que le dejó solo ante el guardameta local. Paso atrás en su lucha por la titularidad.
Sanabria (7). Entró por un errático Loren y supo jugar en un contexto en el que empezaban a aparecer la fatiga y los espacios. Su movimiento en la jugada del 0-2 es de delantero top. Vuelve a reivindicar su candidatura a nueve titular, justo en el momento en que parecía ceder terreno en las preferencias de Pellegrini.
Juanmi (2). Todo lo contrario que Sanabria. No sólo no aprovechó sus minutos sobre el césped, sino que mandó a las nubes una ocasión tan clara que un delantero de Primera División no debería permitirse fallar. Más aún si supone la rúbrica del partido.
Rodri (5). Entró a la par que Juanmi y contribuyó a mantener la pelota en los minutos de mayor intensidad por parte de los locales.
Sidnei (5). La expulsión de Paul abrió una grieta en el centro del campo que, con los escasos recursos que había en el banquillo, era ciertamente difícil de tapar. La solución de Pellegrini fue ubicar en esa posición al central brasileño y éste aportó centímetros en el juego aéreo.
