La Gambeta, de Alberto Pintado
A las armas, ciudadanos. Ya lo decía Rouget de Lisle. Debe correr la sangre impura. Esa que, en mi persona, parece fluir. O así lo hacen ver las decenas de personas que viven hacinados con sus filos desenvainados durante días con la intención de espicharme al más mínimo tropiezo.
Hoy, día 20, he caído. Así me ven muchos, que carcajean con la gloria de su equipo a pesar del diluvio. Elsa me ha caído a mí y de forma merecida. En su día, informé de la intención que el Real Betis tenía de contratar a Quique Setién dependiendo de la situación del equipo. Su decisión se pospuso hasta hoy mismo, fecha en la que podría evadir, o no, un compromiso personal de extrema importancia, el cual no divulgaré jamás, aun a riesgo de más ataques aún.
Rubi sigue en el banquillo del Betis tras meter al equipo en una racha insaciable de puntos y victorias y un estilo de juego que ha mejorado con creces. Por un motivo u otro, el Betis hoy es de Rubi y se lo merece. Setién no está, a pesar de todo, y yo me equivoqué. No hay duda de ello, pero hoy lo escribo aquí sin temor a represalias. Todo ser humano se equivoca, y el que se fija en los errores ajenos y no en los suyos para así sentirse mejor quizá no sea humano. Afirmé que Setién llegaría al Betis con un pacto ‘a tenor de la situación del equipo’. Una parte que muchos han obviado y por la que yo mismo me disculpo al comprobar que se ha pasado por alto, quizá, por no detallarla adecuadamente. No es una excusa. Pero Rubi se ha ganado él solo continuar dirigiendo al equipo. Cuando no sea así, saldrá de Heliópolis y alguien tendrá que sustituirle.
Aquí estoy, listo para enfrentarme al batallón. Dispuesto a seguir admitiendo mis errores, pero sin parar de trabajar. Al son de Borja Iglesias, de Fekir, del mismo Rubi, de Boudebouz, de Campbell, de Bartra, de Lainez, de Juanmi, de Setién, de Kappa, de Tomás Calero, etc. Las palabras se las lleva el viento, pero lo escrito permanece. Nunca lo olviden. La temporada es larga y el fútbol fútbol es. Un error más, uno menos. Asumido queda. No dejaré de trabajar y recibiré las estocadas con orgullo. Porque el Betis, hoy, es un buen equipo, pero habrá que esperar para ver si mañana lo sigue siendo. Con uno o con otro.
Y es que esto es un error para aquellos que no envainan jamás sus espadas. Rubi es el que ha defenestrado un pacto que era evidente. Él se lo ha ganado insisto, en detrimento de alguien que tenía casi todas las opciones para regresar a Sevilla. Hoy no va a ser así, pero una fecha adelantada en primicia es siempre una aproximación. No lo olviden. Aunque, de momento, el catalán es el primero. Las anchoas nadan con calma y en Sevilla el pan con tomate es verdiblanco. Y yo, una decepción más para una parte de la sociedad. Esa parte que solo ve lo que quiere ver. Una prensa biripendiada.