No sé cuántas veces habré dicho este año que estoy encantado con este Betis, pero estoy encantado con este Betis. A pesar de la derrota en el último partido de Liga, en el que el equipo cuajó una mala primera mitad y reaccionó -tarde- en la segunda, el encuentro dejó otros signos que me hacen sentir orgulloso de los nuestros.
Me refiero al amor propio, tan ausente en épocas anteriores como existente en la actualidad. Unos futbolistas (y un cuerpo técnico) a los que les duele perder y que celebran las victorias como cualquiera de nosotros; unos futbolistas que responden a las provocaciones y marrullerías del rival; y unos futbolistas que se defienden los unos a los otros, a la vez que defienden el escudo del Real Betis Balompié. Bartra yendo a recriminarle a Jordán el teatro dentro del área, Joaquín pegando voces desde el banquillo o Canales sin amilanarse ante Rakitic son algunos de los ejemplos del pasado domingo.
Sin embargo, este amor propio no es solo cosa de esta jornada, sino que lleva viéndose desde hace ya bastante tiempo. Esto es, por supuesto, parte importante del éxito del Betis esta temporada, único equipo español vivo en las tres competiciones: 3º clasificado en Liga, en 1/8 de la Europa League y a las puertas de la quinta final de Copa de su historia, para lo que tendrá que rematar la faena ante el Rayo Vallecano mañana jueves en el Heliópolis.
Los de Pellegrini cuentan con la ventaja conseguida en Vallecas, pero no cabe un ápice de relajación para este partido de vuelta de la semifinal. Si todo marcha bien, el Villamarín podría disfrutar de una clasificación para la final de Copa 45 años después de aquella semifinal de 1977 ante el Espanyol (pues para las finales de 1997 y 2005 se clasificó en Balaídos y San Mamés, respectivamente).
El hambre de triunfos que tiene esta plantilla -y también la afición- será clave este jueves en el que seguramente es el partido más importante del Betis en mucho tiempo. Se respira ambiente de partido grande en el beticismo, que ya cuenta las horas para vivir una noche histórica en el Benito Villamarín. Betis, alé…