El titular no puede ser más claro y conciso. Hoy mi artículo de opinión va dedicado a este lastre que arrastra el Betis en toda esta primera vuelta y parte de la segunda.
Es inconcebible que el segundo equipo que menos faltas comete de esta extraña liga que nos han vendido como la mejor del mundo sea el que más expulsados tenga con diferencia. Ni más ni menos que 10 expulsados en 20 partidos. Los números hablan por si solos.
Como muestra un botón (otro). En un partido nos sacaron más tarjetas que faltas cometimos. Efectivamente, algo así solo podía pasarle a nuestro Real Betis. Y ya lo decía nuestro capitán Joaquín tras el esperpento ante el Celta. No somos el equipo más duro, ni el que más tiempo pierde ni el que más protesta a los árbitros, pero parece que expulsar a un jugador del Betis sale barato y las consecuencias para el árbitro de turno son pocas o ninguna. Aunque también debo decir que debemos entonar el mea culpa y hacer propósito de enmienda en este aspecto y reconocer que en muchos casos eran tarjetas evitables por nuestra parte y que toda la culpa no va a ser de los árbitros.
En el fútbol todo es entrenable hoy en día. Esto también debe serlo y Pellegrini lo sabe y así lo ha expresado en rueda de prensa. Por el bien del fútbol, por el bien del Betis, dejemos el color rojo de lado aunque sea unas cuantas jornadas.