Aquí estoy de nuevo, trayéndoos a todos saludos desde mi fría Siberia, a 8000 km de la ciudad del Betis.
Me gustaría empezar mi siguiente artículo alabando a nuestro equipo por salir poco a poco del pozo en el que se encuentra tras haber caído en dos torneos seguidos. Sí, es un poco vergonzoso que, a diferencia de la temporada pasada, el Betis haya empezado a tener serios problemas contra rivales más débiles, y la calidad del juego aún dista mucho de ser perfecta, pero hemos empezado a sumar puntos importantes, y eso es lo más importante para nosotros en estos momentos. Me alegró mucho que los últimos partidos se jugaran a una hora temprana, porque la diferencia horaria entre mi ciudad y la suya es de seis horas. A menudo los partidos empiezan a las 9 de la noche, así que los veo de 3 a 5 de la mañana, después de lo cual empiezo a prepararme para mis estudios.
Todavía estoy intentando pensar con objetividad y no entregar toda mi mente a los sentimientos verdiblancos, así que seré sincero y diré que tengo muy poca fe en llegar en Champions. Creo que la Real y el Atletico se mantendrán en sus puestos y que tendremos una bonita batalla por la quinta plaza con Villarreal y Athletic.
Por cierto, me gustaría compartir con vosotros que un popular servicio ruso me ha invitado a participar en podcasts en los que aficionados de clubes de LaLiga (pero sin Real Madrid, Barcelona y Atlético) hablan de sus clubes y comparten sus impresiones de partidos pasados. Así que ahora estoy cargando a todos en Rusia con mi amor verdiblanco con doble potencia.
Espero que dentro de un mes, cuando escriba mi próximo artículo, lo haga sobre el gran número de nuestras victorias y también sobre las próximas etapas en Europa. He dicho antes, digo ahora y diré que somos capaces de hacer grandes cosas tanto en España como en Europa. Creo que al final de la temporada todos estaremos orgullosos de nuestro equipo, porque hará todo lo posible por complacer a un incontable ejército de verdiblancos.