Tras la clasificación a la final de la Copa del Rey, el Real Betis buscaba volver a la senda de la victoria en liga frente al Atlético de Madrid. El Ingeniero partía con Bravo; Sabaly, Bartra, Víctor y Guardado; Paul, William; Joaquín, Fekir, Ruibal y Borja Iglesias en punta.
La actuación del conjunto verdiblanco en la primera mitad es realmente buena. Se sobrepuso a ese 0-1 provocado por los errores de Guardado y Víctor y fue superior a su rival. Frente al bloque bajo del Atlético, los del Ingeniero supieron organizarse mediante la posesión, atacar por fuera, generar ocasiones, provocar balones parados… y, lo más importante, presionó muy bien tras pérdida para reiniciar los ataques. No permitió a su rival contragolpear, le asedió y mereció el 1-1 que acabó consiguiendo Cristian Tello con un cañonazo desde fuera del área.
Hasta el 1-2 el Betis continuó teniendo el balón y plantado en campo contrario, pero con un punto menos de inspiración y físicamente al límite. Los cambios del Atleti, la pegada arriba y la velocidad al contragolpe acabaron sentenciando a un equipo que no tenía más ni en las piernas ni el banquillo para cambiar el rumbo del partido. Compitió hasta donde pudo, realizó tramos de fútbol realmente positivos y puso en aprietos a un gigante, pero la pegada de su oponente sumada a los errores propios sentenciaron a la escuadra verdiblanca.