El Real Betis no consiguió superar en ninguno de los aspectos al Real Madrid, y ello conllevó la primera derrota de los de Manuel Pellegrini en el curso 2022-2023. Un partido que tuvo tanto cosas muy negativas como muy positivas para los del técnico chileno, pero que entre la superioridad física de los de Ancelotti, la mala actuación arbitral y la mala suerte de las lesiones, simplemente tuvo que dejar que pasasen los minutos a merced del destino.
El partido comenzó de la peor forma posible para el conjunto bético. Tras un penalti (discutible, pero pitable) no señalado sobre Nabil Fekir, se produjo una de las claves tácticas más repetidas a lo largo del partido. Fútbol de antaño, pase largo y a correr. Claro que si da el pase es Luka Módric, y el que corre es Vinícius JR, cualquier equipo tiene un problema. Pues en la primera, el brasileño batía a Rui Silva, que eso sí, se quedaba en tierra de nadie. Para colmo, con la baja de Carvalho y Paul, se abría otra desgracia en la medular. Fekir, se retira justo después del gol, lesionado, a los 11 minutos.

Evidentemente, esto provoca que el Betis pierda todo poderío combinativo en el centro del campo, donde Canales se veía muy sólo en la organización en ataque, poco ayudado por Guardado y Luiz Henrique.
Otra de las claves del partido ha sido el estado físico del centro del campo del conjunto blanco. Tchouameni-Camavinga-Módric en salida de balón han tratado el sistema de presión del Real Betis Balompié como si fuese un partido de alevines contra séniors. Una facilidad pasosa para salir de mil situaciones comprometidas y en tres o cuatro pases, instaurarse en el campo del Betis y crear peligro. Algo con lo que el conjunto verdiblanco no podía a los 60 minutos de partido. Un ida y vuelta constante en el que la falta de creación y la inferioridad física, han condenado al Betis.
Para terminar, con la salida de Guardado, Canales (que ha corrido la misma distancia que Tchouameni), tenía que hacer frente a la salida de balón junto a la organización en campo contrario. Eso era insostenible. Además, con la entrada de Kroos y Ceballos para mantener el centro del campo, el partido se podía dar por cerrado, ya que el Betis no dispuso de un sólo ataque más desde ese momento.
Sin duda, el aspecto más positivo del encuentro, al margen de la gran actuación de Canales, y el buen papel de Guido y Guardado, ha sido el descubrimiento de Luiz Felipe. Un central rápido, contundente, agresivo, con criterio en salida de balón e inexpugnable en todo tipo de duelos.
Bueno sí, de uno. De la enésima cantada arbitral a favor del Real Madrid. Un penalti clamoroso de Courtois sobre Borja Iglesias en el último minuto de partido que el colegiado decidía no pitar. Toca reflexionar, recuperarse, y seguir con la mejora. Comienza la UEFA Europa League, y encima, viene el Villarreal.