El escudo del Real Betis Balompié ha sido objeto de cambio debido a los distintos contextos históricos y temporales que le ha tocado vivir a la entidad. Es por ello por lo que siempre se ha buscado el tener una representación lo más correcta y adecuada posible según los tiempos que corrían en cada época. Veamos el cómo y el por qué se han dado tantos cambios de escudo en la entidad verdiblanca.
Primeros años y unificación
En el año de creación del club, cuando aún se denominaba Sevilla Balompié, el escudo se formaba por un círculo con las letras “S” y “B” entrelazadas en caracteres clásicos. Sin embargo, en 1915, tras la fusión con el Real Betis FC, el escudo pasó a contener la leyenda con la denominación del club inscrito en un círculo negro, mientras que la acepción “Real” se hizo visible gracias a una corona superpuesta. En 1922, se volvió a cambiar el escudo por un rombo cuadrado coronado con dos letras “B” en referencia a las iniciales entrelazadas en su interior, y usando la misma tipografía que en 1909.
A partir de la II República
En 1931, debido a la instauración en España de la Segunda República, el escudo tuvo que ser modificado debido a que no se permitían menciones a la monarquía por lo que este pasó a perder la corona. Además, mediante una asamblea, se decidió dar un cambio completo al mismo para adaptarse de una mejor forma a las circunstancias y al contexto del momento. El nuevo escudo eliminaba a corona, convertía el círculo que contenía la tipografía en un triángulo estilizado cuartelado donde se representaban las iniciales “C” y “B” (Betis Club), y aparecían por primera vez las rayas verdes y blancas.
En 1932, el miembro fundador del Sevilla Balompié, Enrique Añino, rediseñó de nuevo el escudo. Este pasó nuevamente a ser un rombo cuadrado para inscribir las iniciales y coronar el escudo mientras que el triángulo se achataba en su verticalidad, pasando a ser el número de las rayas a trece. Este número se escogió como un signo de transmutación y cambio, muerte y nacimiento, ideal para representar la fusión e historia de los clubes. Los éxitos con este nuevo diseño lo afianzaron como la imagen del club, evolucionando con el tiempo en pequeños detalles pero sin perder la esencia.
Tras la Guerra Civil
En 1940, tras la Guerra Civil, la nueva situación política de España no ponía ningún impedimento a reincorporar la corona al último diseño del escudo. Este hecho provocó que se ramificara la utilización de los escudos: unos usaban el diseño coronado del escudo de Añino (1932), mientras que otros utilizaban el escudo redondo con las dos “B” entrelazadas y coronado (1931).
El escudo actual
Esa diversidad de opiniones concluyó cuando en 1957 la Junta Directiva de Villamarín aprobó el diseño presentado por José María Rodríguez Rodríguez, secretario técnico del Real Betis, que se convertía en el escudo oficial hoy en día y que es la fusión de los escudos surgidos entre el reinado de Alfonso XIII y el escudo creado durante la II República.
Así, el escudo actual está formado por un círculo con dos “B” entrelazadas y coronado, con el círculo inscrito en un triángulo con trece barras de color verde y blanco, diseñado en 1932, que se sitúa al fondo. Con el tiempo ha ido evolucionando de su versión inicial y, actualmente, es habitual ver el círculo más pequeño y la corona más grande que las que representaba el diseño de José María de la Concha.
Además, en la nueva actualización del escudo, el Real Betis ha sido renovado. Se mantienen las formas básicas y se aplica la correcta construcción vectorial para unificar y ampliar su uso en las submarcas. Se aplican trazos más legibles en la corona y en la doble B.
