Un segundo tiempo de menor ritmo y nivel, añadido a la participación del VAR, evita que el Real Betis sume de tres en la Cerámica.
Primer tiempo de comodidad verdiblanca
Parece que ambos técnicos salieron con un plan conservador, al menos en los primeros minutos de juego. Aún así, el Villarreal CF amenazó, sobre todo, desde el sector izquierdo. Las apariciones y recepciones a buena altura de Alfonso Pedraza y la figura de Yéremi Pino atacando intervalos y fijando a pares fue unos de los pocos dolores de cabeza que se encontraría Manuel Pellegrini. El técnico chileno, a sabiendas de que esto podía ocurrir, mandó a sus futbolistas de banda a realizar unas coberturas más intensivas a sus laterales. Tanto Canales como Rodri hicieron grandes esfuerzos físicos para frenar el avance del submarino amarillo por los carriles exteriores.
El partido transcurría y el peso del encuentro se fue decantando cada vez más a lado verdiblanco. Creció en el partido desde el balón y comenzó a sumar muchas recuperaciones en zona sensible. Andrés Guardado y Guido Rodríguez, quién estaba amonestado desde el minuto cinco, tuvieron gran cuota de importancia en esto mismo. Saltaron exitosamente a la presión, consiguieron sacar provecho de esas persecuciones largas y, gracias a su posición a alturas distintas, lograron mantener el equilibrio del bloque. Un desacertado Canales y un Rodri que actuaba muy lejos de balón no permitieron que la comodidad verdiblanca se convirtiera en dominio absoluto. Estos problemas se verían acentuados en una segunda mitad que fue de control amarillo.

Bajó el ritmo y el Real Betis cedió ante un Villarreal CF más atrevido
Comenzó el carrusel de cambios y estos mismos debilitaron el bloque. Paul Akoukou no consiguió proporcionar el equilibrio que necesitaba el equipo, más aún cuándo el Villarreal estuvo más preciso enlazando en ese último tercio. Con la inclusión minutos después de Luiz Henrique, Manuel Pellegrini intentaría contar con más amenaza en la transición y al espacio, pero no salió como se esperaba. Amenazó en pocas ocasiones y además no pudo asegurar tras recuperación para contar con posesiones más largas. La última sustitución de perfil ofensivo fue Juanmi, que apenas pudo participar y ponerse de cara a gol. Un perfil de futbolista que tampoco aseguraría posesiones largas para el equipo del técnico chileno. A todo esto debemos añadirle el bajón de ritmo comprensible tras competir en europa escasos días atrás y con varias bajas, que mermó notablemente al equipo.
Cómo mencionaba antes, el conjunto de Quique Setién arrancó con más protagonismo a nivel ofensivo. No sólo es que su precisión en último tercio le condujo a esto, sino que también la gestión de los descolgados y las vigilancias abortaron cualquier intento de transición del Real Betis y les permitieron jugar en campo contrario durante largos tramos. Ramón Terrats, figura principal del submarino amarillo, le fue dando más sentido a cada progresión del conjunto local. Aportó en la base para sortear la primera línea de presión bética e hiló muy fino entre líneas cuando el equipo ya estaba asentado. Ambos equipos firmaron un empate que ni descontenta, ni alegra a ninguno de los dos bandos.
Es complicado centrarse sólo en lo meramente deportivo, pero, a pesar de los errores más que evidentes del colectivo arbitral, hay que hacer autocrítica. Reincide el Real Betis en un bajón evidente de ritmo y nivel en el segundo tiempo. Tiene aún trabajo por delante Manuel Pellegrini para este último tramo de la temporada, dónde la lucha por zonas europeas está muy caliente.