La Contracrónica del SD Huesca-Real Betis (2020/2021)
Por Pablo Montaño
Una victoria en 17 partidos, eliminados de la Copa del Rey por un equipo de Segunda División B, con Michel en la cuerda floja, el terreno de juego congelado y con temperaturas de -6ºC en Huesca. Con una larga lista de contratiempos, sumada a las 9 ausencias que volvía a mermar la plantilla de Manuel Pellegrini, el Real Betis tenía todas las excusas posibles para (como en otras ocasiones) dejarse llevar en el Alcoraz. Pero finalmente el cuadro bético, como la nieve, terminó siendo el principal protagonista del choque. Y además lo fue en todo: ocasiones, goles, expulsiones, sufrimiento y victoria final. Pero a diferencia de los copos blancos, los 3 puntos sí viajaron con los heliopolitanos de vuelta a Sevilla. Allí donde, a pesar del frío, brilla el sol y el técnico chileno parece haber dotado a sus pupilos de una competitividad tan inusual como esperanzadora.
Con más y mejores ocasiones que su rival, el Real Betis fue superior a los locales en otra gran primera mitad de los pupilos de Manuel Pellegrini. Pero nuevamente, como ya ocurriera ante el eterno rival en la jornada anterior, los minutos seguían pasando y los verdiblancos seguían sin convertir ninguno de dichos acercamientos sobre la portería de Álvaro Fernández. Y, como ya ocurriera en #ElGranDerbi ante el Sevilla FC, cualquier fallo defensivo –uno de los tantos a los que ha acostumbrado su equipo al beticismo– significaría volver a tirar por tierra todo el buen trabajo de los primeros 45 minutos y remar a contracorriente otro partido más. Pero en lugar de calcar el del derbi sevillano, los verdiblancos dieron un giro de guion para acabar clavando el del CA Osasuna. Tan solo les faltó adelantar un par de minutos la anotación de cada gol.
Y como ya ocurriera ante los de Julen Lopetegui, un extremo fue el principal encargado de agitar los ataques béticos y generar peligro apurando la línea de fondo. Pero en esta ocasión, en lugar de mexicano, el protagonista de los primeros 45 minutos fue un chico de la casa. El canterano Aitor Ruibal fue el mayor acicate para que los verdiblancos no se dejaran llevar por la pasividad de un partido bastante más espeso en sus inicios que la nieve que cubrió El Alcoraz el día previo a la celebración del encuentro. Aunque Diego Lainez, sin ser el mismo de Sevilla y Mutilvera, sigue en una línea continuista de buen juego. Desde hace ya varios partidos, existe una sensación en el Real Betis de que algo puede pasar cuando el balón cae en los pies del ex futbolista del América. Una sensación de vértigo y aceleración que pocas veces se había visto a lo largo de la temporada.
Los de Manuel Pellegrini supieron mandar y atacar en la primera parte, pero también aguantar y defenderse en la segunda. Más allá de conseguir la séptima portería a cero de la temporada, el conjunto de la Palmera resistió los envites del equipo entonces dirigido por Michel gracias a Víctor Ruiz. Sí, Víctor Ruiz. Por primera vez en la temporada, al ex central del Villarreal CF (entre otros equipos) se le vislumbró algo de esa fiabilidad defensiva que tantas veces se le vio en sus anteriores clubes, tanta falta le hacía al Real Betis pero en tan pocas ocasiones lo demostró con la elástica de las trece barras; al menos hasta el momento. No era ninguna sorpresa que, sin Guido Rodríguez, el trabajo de brega y entrega en la medular se vería ampliamente mermado. Pero con Paul Akouokou, a quien todavía le falta rodaje técnico con el balón en los pies, la ausencia del argentino fue menos notable. Por lo menos durante los 82 minutos que el canterano estuvo sobre el terreno de juego.
La inclusión de futbolistas como Paul en el once es necesaria ante las bajas o darle continuidad de Lainez ante un buen momento de forma. El problema es cuando el nivel tanto de titulares como suplentes cae hasta mínimos preocupantes por un lastre físico importante. El cansancio hizo mella en unos futbolistas que acumulan gran cantidad de partidos debido al escaso número de jugadores que componen la plantilla bética. Sergio Canales, que volvió a sacar varita y chistera a pasear, se fue apagando a medida que el combustible se le fue acabando. Algo atípico en el cántabro pero típico de este Real Betis. La SD Huesca aprovechó la falta de fuerzas béticas para apretar en los últimos minutos de encuentro gracias a un gran Javier Ontiveros. Pero a los de Manuel Pellegrini le quedaron fuerzas suficientes, a pesar del frío, para hacer el 0-2. En este caso, los -6ºC de Huesca favorecieron a Tonny Sanabria.