Otro empate más en la colección del Real Betis y otro punto insuficiente el logrado sobre el césped del José Zorrilla ante un Real Valladolid que superó en intensidad a los verdiblancos durante toda la primera parte y fueron capaces de igualar el tanto inicial de Ruibal. El Betis perdonó, dejó con vida a su rival y volvió a dar la sensación de que le va a costar un mundo ganar partidos de aquí a final de temporada. Y así no se va a Europa.
El futbol es muy sencillo. Correr y superar a tu rival. Y eso no lo hizo el Betis. Los de Pellegrini salieron al verde de Pucela pareciendo que no se jugaban absolutamente nada y muy lejos de la intensidad y ambición que deberían demostrar por tener a tiro la quinta plaza tras la derrota de la Real Sociedad y la victoria del Granada en el Camp Nou que lo acerca a los puestos de Europa. El que primero avisó fue el Valladolid, adelantándose en el marcador pero viendo como el VAR lo anulaba por un absurdo fuera de juego de Roque Mesa en el inicio de la jugada. Cierto es que el Betis encontraba muchos espacios en zona de creación. Ruibal hizo volar a Roberto en el primer disparo del partido, y Fekir se acercaba al área con facilidad. Pero el Betis era el mismo coladero. La línea de presión no cumplía su función y los Orellana y Óscar Plano se acercaban con nulas dificultades. Claudio Bravo no tuvo que esforzarse en todo el partido, pero es que la defensa era una auténtica autopista y menos mal que el Valladolid no estuvo acertado en el último pase. Con el cero a cero y la sensación de que mucho tendría que cambiar la película para darle un giro radical, el encuentro se fue al descanso.
La segunda parte tomó el mismo tinte inicial, pero en una de esas la contra verdiblanca salió bien y Ruibal se adelantó a Roberto en el centro de Miranda para colar la pelota en la portería. El Betis se adelantaba en el marcador más por calidad y acierto que por perseverancia, pero cayó otra vez en el mismo error de siempre. Al menos en esta ocasión tuvo las llegadas suficientes como para poder decir eso de que “perdonó” al Valladolid. Borja Iglesias disparó al aire en un pase raso de Canales dentro del área, Emerson no logró rematar en el área pequeña otro centro de Miranda y así el Valladolid volvió a meterse en el partido gracias a la torpeza bética y a la permisividad de Pizarro Gómez, con un descarado criterio distinto de las faltas según qué equipo las cometía. El Valladolid llegó al minuto 60 con dos faltas cometidas, o más bien, pitadas. Horrible el colegiado.
En una de esas empató el Valladolid. Jugada calcada a la que se invalidó en la primera parte. Tanto, que de nuevo Orellana parece adelantado aunque esta vez el VAR no quiso complicarse la vida y lo concedió. Centro al segundo palo al que remata Weissman superando a un indolente Miranda en el salto. Gol del Valladolid y ahora el Betis tocado. Sergio cambió a casi medio equipo, Pellegrini dio entrada a Tello y Joaquín. El de El Puerto fue de lo mejorcito del Betis en la segunda parte, asociándose con Emerson y Fekir, y dando movilidad a un Betis que no fue de veras a por la victoria hasta que el reloj corría peligrosamente hacia el final. Tello, uno menos. Loren, que entró por Borja Iglesias, desperdició un centro de Mandi y lo remató de primeras absolutamente solo cuando pudo hasta controlar. La peor de las noticias, sendas amarillas a Mandi y Fekir que le harán perderse el duelo frente al Granada. La de Mandi, por protestar una de esas faltas que el Valladolid hizo pero no le pitaban; y Fekir, por sacar en corto una falta mientras el colegiado cuadraba la barrera. Otro esperpento más de Pizarro Gómez.
El Betis se va de Pucela habiendo perdido una ocasión de oro para encaramarse a la quinta plaza y no darle vida a los perseguidores. A este paso ni la Conference League.