Tras un nuevo empate frente al Cádiz de Álvaro Cervera, el Real Betis de Pellegrini recibía al Real Madrid con la idea de irse al parón con cinco puntos de nueve en la buchaca. Partían los de Pellegrini con la vuelta de Guido al pivote acompañado de Guardado, Canales junto a Ruibal por fuera y Fekir por detrás de Juanmi Jiménez.
Durante el enfrentamiento existieron varios tramos; protagonismo para ambos, posesiones largas, transiciones… en la primera parte con mayor intercambio de dominio entre conjuntos. En el primer asalto, los de Pellegrini lograron el dominio mediante la suma de pases en la base; Víctor, Canales, Guido, Guardado… comenzaron a asociarse y el equipo se hizo con el mando. Además, en campo contrario logró generar buenas situaciones desde el talento individual: Fekir, Ruibal y un par de incorporaciones por fuera. Asimismo, estuvo muy bien sin la pelota: con Guido y Guardando lanzando presiones, Víctor y Pezzella ganando duelos, Montoya muy fuerte frente a Vinicius, Ruibal en la ayuda… un gran trabajo colectivo.
En el segundo asalto, el enfrentamiento da un giro de 180 grados. El Real Madrid comienza a tener la posesión y a recuperar tras pérdida. Aún así, el Betis estuvo muy bien atrás mediante el esfuerzo colectivo y el buen nivel en área propia. No obstante, no logró salir en transición apenas; con Juanmi descolgado frente a Militao y compañía fue, lógicamente, prácticamente imposible contragolpear. Los de Ancelotti, tras su gol, defendieron mucho más cerca de Courtois, pero los verdiblancos estuvieron realmente mal en ataque posicional. Frente al bloque bajo rival, muchísimo balón al pie, ninguna amenaza por fuera, impreciso en la entrega… además con una disposición que no supuso peligro: frente a los tres centrales del Madrid, Joaquín y Tello + Montoya y Miranda muy abiertos, Borja aislado en el área contra tres marcas y Camarasa en la base (?). Los de Ancelotti defendieron a placer hasta el final del encuentro.
El Betis mejoró defensivamente gracias al nivel top de Pezzella y Guido, pero estuvo realmente espeso en fase ofensiva. Tanto en salida de balón, donde en la segunda parte no estuvo fino, como en campo contrario y en últimos metros, donde nunca supuso una amenaza real para su oponente.